Haj Kahil, un restaurante mediterráneo en Jaffa

En Tel Aviv podréis encontrar todo tipo de comida ya que hay gente de todas las partes del globo, y, como buen país mediterráneo observareis una cultura gastronómica que está muy presente.

La gente se reúne con la familia y los amigos en los restaurantes en torno a la mesa, y los sabores, mediterráneos también nos son comunes. Muchos vegetales y hortalizas frescas, porque aquí se produce de todo y bueno gracias a su clima benigno, frutos secos de todo tipo, hierbas que se comen y usan para aromatizar los platos con generosidad, excelentes  carnes a la brasa, y unos pescados deliciosos aderezados con aceite de oliva es lo que encontrareis en esta especie de Edén culinario.

Restaurante Haj Kahil

La familia Haj Kahil ha vivido en Jaffa durante más de 120 años. Bajo el dominio turco, a fines del siglo XIX, la familia se ganaba la vida manejando la diligencia, los carruajes en los que los notables de Jaffa viajaban por el país. Naim Haj Kahil abrió su restaurante en el mismo sitio que durante años fue la estación principal de las diligencias. Y para honrar la historia de la familia, eligió la diligencia como el emblema del nuevo restaurante.

Estratégicamente bien situado frente a la torre del reloj de la antigua ciudad de Jaffa o Yafo, de cuyo puerto pesquero la leyenda dice que Jonás embarcó para ser engullido por la ballena, encontrareis el restaurante Haj Kahil, un restaurante de comida tradicional árabe que por lo que pudimos ver a posteriori ha tenido el certificado de excelencia de Tripadvisor en 2015 y 2017. He de decir que entramos en este lugar buscando un sitio agradable para cenar, pero el hecho de ver familias de locales fue lo que nos decidió.

El local está bien decorado y limpio y la atmósfera es agradable, en la caja, el dueño del local, un señor muy atento de esos que preguntan por las mesas si todo está al gusto de uno.

Lo primero que nos sorprendió un poco fue el gran surtido de deliciosos y elaborados mezze que nos ofrecieron nada más sentarnos y, que según comprobamos en la cuenta, no se cobran si se pide un primer plato. Mini ensaladas de todo tipo, con berenjenas, tomates, bulgur, pepino, coliflor, sésamo… con salsas de yogur, queso, hierbabuena, aceite de oliva, frutos secos… en fin.

Así pues, comenzamos a estudiar la carta con detenimiento y observando los platos que se iban sirviendo en las mesas vecinas, y, la verdad es que todo estaba muy bien presentado y resultaba de lo más apetitoso. El pan lo amasaban y cocían en un horno cerca de nuestra mesa, en el momento, impregnado con za’atar y semillas de sésamo. Este se cuece durante cuatro minutos en un horno caliente hasta que se llenan de burbujas crujientes. Minutos más tarde, tenemos un pan ligero con forma de disco del tamaño de una pandereta lo suficientemente flexible como para ser rasgado, pero lo suficientemente firme como para envolver una ensalada de espinacas y compota.

Todos los mezze hubiesen sido ya más que suficiente para una cena, pero pedimos shawarma, hummus y kebap. Sí, no fuimos muy originales pero es que no queríamos perder la oportunidad de degustar estos platos que tanto nos gustan con toda la calidad y el bien hacer de un sitio como este. Las carnes estaban jugosas y con todo el sabor de la mejor carne a la brasa. Los kebap, aderezados con yerbas y piñones resultaron también deliciosos.

De postre pedimos lo que en Turquía es Künefe, que aquí es Kanafeh, unos pasteles tibios  de kataifi (filo rallado) rociados con pistachos picados y bañados en miel de azahar. Cuando se corta, el queso caliente rezuma. Este postre es mi perdición.

Las comidas terminan con un té negro con yerbabuena fresca o con un delicioso café etíope aromatizado con cardamomo, recién molido, una combinación que nos sorprendió por lo bien que ambos sabores mezclan. En todo Israel se consume mucho el café al cardamomo, sin azúcar.

Por ponerle una pega, en el local no se sirve alcohol y un buen vino hubiese sido ya el no va más.

Como consejo, a partir del jueves, que para ellos es como nuestro viernes, es mejor reservar, o esperar a que nos sienten cuando haya un hueco. Por otro lado, la comida es copiosa, por lo que os recomiendo o bien ir para el almuerzo, o bien cenar temprano para evitar digestiones pesadas. En cualquier caso, seguro que no os arrepentís de ir.

Haj Kahil
18 David Razi’el Street
Jaffa, Tel Aviv, Israel
Tel: 972-03-5188866
Sitio Web

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